LA OTRA TRANSFORMACIÓN
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Sheinbaum, un nuevo estilo de gobernar


Escrito por: Mario Alberto Puga

Politólogo y ex diplómatico

2025-10-04

Sheinbaum: un nuevo estilo de gobernar

 

Ahora que se cumplió el primer año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum -el 1 de octubre-, me parece que es tiempo de hacer un primer balance de su gestión, aunque sea general, pues muchos de sus proyectos están en plena ejecución, mientras otros, heredados, aún no concluyen. 

 

Lo primero que sobresale en este primer corte es que Claudia ha superado todas las expectativas de propios y extraños, con base a su personalidad de científica y política seria y paciente, además de su determinación de mujer valiente e inteligente, así como de haber corrido con mucha más fortuna que sus antecesores hombres. Y eso me parece el mayor logro: ha establecido su propio estilo de gobernar.

 

Hablemos de su personalidad de científica y política seria y paciente que le ha redituado buenos dividendos, entre ellos, haber cambiado las formas de su antecesor, si consideramos que su presencia diaria no genera anticuerpos, ni enemigos, ni ataques hacia y desde sus adversarios políticos, que le ha permitido incrementar su popularidad y simpatías que rozan el 80% de aprobación de la sociedad mexicana. Mientras Claudia alimenta su popularidad con trabajo y dedicación, la oposición sigue peleando con AMLO, esposa e hijos y tirando golpes como porros. 

 

En ese sentido, Claudia ha convencido a la gran mayoría de la sociedad mexicana de su elección, como primera mujer presidenta, disipando todas las dudas sobre si su mentor la manejaría a su antojo o bien, su capacidad para desactivar las “bombas” que el mismo personaje le dejó plantadas e, incluso, recibiendo el reconocimiento internacional. Independientemente de toda crítica, Claudia es y será un suceso que quedará marcado en la historia de México.

 

Decía yo que, sin romper propiamente con AMLO, Claudia ha cambiado el estilo político de gobernar, no sólo por no usar saco y corbata, sino por su modo sencillo de ser y actuar, que se identifica con la mayoría de mexicanos y mexicanas. Yo creo que Claudia no va a romper políticamente con AMLO, aunque la realidad se está encargando de tomar distancia de él. Además, la paciencia de científica le ha traído beneficios si consideramos también que los principales personajes que dejó AMLO como guardianes de su legado se han debilitado solos: Adán, se comió la manzana y tendrá que ser expulsado del paraíso; Ricardo rompe a cada rato el disfraz de demócrata y el traje por debajo de ex priista lo delata; Gerardo no supo lidiar con el poder y se convirtió en su peor enemigo; y el hijo de AMLO ha comprobado que la sensibilidad política no se hereda. Solamente Marcelo, el receloso, sigue aguardando la oportunidad para competir en la próxima.

 

Inclusive, ese modo de ser y actuar de Claudia le ha permitido enfrentar al presidente Trump, a quien ha domado sin necesidad de látigo, a pesar de los zarpazos y rugidos del temible león de la selva. Si bien, el tema de las relaciones internacionales es mucho más amplio y complejo, ella ha sabido manejar la relación bilateral más importante de México, donde el control de daños ha sido efectivo. Ahí está el reconocimiento del propio Trump y Rubio, secretario de estado de EU.  
Por otro lado, su determinación e inteligencia de mujer ha demostrado que ella, y todas las que llegaron con ella, sí actúan de manera distinta y son realmente diferentes, lo que ha contagiado a las de su género, quienes se han apoderado de la administración pública en todos los niveles, convirtiéndose en un tsunami de pelo largo, chongo, de colores, trenzas y cola de caballo que sepa Dios hasta dónde va a llegar. 

 

Sobre su buena fortuna, yo diría que los astros también se han alineado a su favor, pues casi todo le ha salido bien: la economía no se ha caído y crece de a poco, las inversiones se mantienen, los programas sociales y el aumento al salario han provocado que más de 13 millones de mexicanos salgan de la pobreza, además de contar para los próximos años con un poder legislativo, y ahora el judicial, a su favor, a fin de aprobar y aplicar las leyes que sean necesarias para seguir avanzando en el proyecto de México.

 

Entre los pendientes se encuentra -obviamente- el tema de la seguridad, donde, si bien hay avances, se requiere de más y mejor combate a los grupos criminales. Hace bien en tener de socio a Estados Unidos y concretar un programa sobre el tema, con todo y las contradicciones y diferencias con ese país, pues está visto que los violentos no le temen a la autoridad mexicana, pero sí a la justicia de aquel país. 

 

No cabe duda de que Claudia tiene buena fortuna, en el sentido en que -decía Maquiavelo- “la fortuna está en aquel (o aquella) que se adapta mejor a los tiempos” y, yo diría, a las coyunturas políticas que ha sabido leer muy bien y, sobre todo, está instaurando un nuevo estilo de gobernar, de ser y actuar, que debe ser emulado por todos, incluso la oposición, si quiere competir. 

 

La paciencia, la serenidad, la reflexión y la inteligencia deberían ser los nuevos comportamientos de toda la sociedad mexicana, si pretendemos cambiar realmente. 

 

Mario Alberto Puga
Politólogo y exdiplomático